26/08

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:1-2) Jesús mismo inmediatamente después de ser bautizado, inició su ministerio diciendo “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”

El mensaje del reino de los cielos no ha cambiado, es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Siempre hemos comprendido que arrepentimiento significa lamentar nuestros pecados, mas la palabra en el original griego es un mandato mucho mas profundo y excelente. Metanoeo:  significa literalmente cambiar  la mente, nuestra forma de pensar

El hombre nace con un procesador cerebral derecho y otro izquierdo, lo cual significa que ambos lados de nuestro cerebro procesan la información de manera diferente. El lado izquierdo es verbal y procesa toda información que recibe de manera analítica y secuencial. Esto significa que toma los fragmentos individuales de información y después los reúne para formar un todo. Este lado es altamente organizado, secuencial, racional, analítico y objetivo. En cambio, el lado derecho es visual y procesa la información de manera intuitiva todo a la vez. Primero observa en su conjunto y después examina los detalles; este es el lado creativo, no es sensible al tiempo, disfruta tocar, participar, las metáforas,los juegos, las analogías, etc. Ambos hemisferios se conectan por medio de fibras nerviossas que permiten el paso del mensaje entre los dos.

Es vital entender que el pensamiento que prevalecía  en aquellos tiempos y lugar era  griego; una cultura que privilegiaba el racionalismo, un pensamiento propio del hemisferio izquierdo de nuestro cerebro el cual no entiende cómo es posible que cinco panes y dos peces pueden alimentar a mas de cinco mil hombres sin contar mujeres y niños. El mensaje de arrepentimiento de Jesucristo era, en otras palabras, que si bien nos enseñaron que uno mas uno es dos y 500 multiplicado por cero es cero; él nos mostraría que uno puede echar a mil y es capaz de multiplicar las fuerzas al que no tiene ningunas. El mensaje de Jesus fue: cambia tu manera de pensar y deja de “razonarlo todo”  porque de otra manera no podras entender cómo es posible que una simple orden como “Sé abierto” o “quiero, sé limpio” haga que los ojos se abran y las enfermedades huyan.



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