Permaneciendo en la fe y el amor de Dios
04/12
“El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” (1ª Corintios. 13: 4-8ª)
Jesús exhortó a sus discípulos a “permanecer en su amor”, esto es, a vivir en santidad como vivió Jesús, amando como él amó, perdonando como él perdonó; con el perdón divino “que no busca lo suyo”. Permanecer en su amor significa caminar en ese amor divino que nos hace crecer en la confianza y seguridad que Dios camina con nosotros. San Juan nos dice con la autoridad de la palabra de Dios “El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo” (1ª Juan 2:6) esto nos demanda la fe en aquel que venció en todo, aun en las tentaciones y permaneció fiel hasta la muerte, venciéndola luego de tres días, obediencia por la cual Dios le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Jesús es el Señor. En otras palabras: nuestros hechos, palabras, actitudes y pensamientos hablarán si somos fieles a él permaneciendo en su amor, en sus mandamientos y estatutos. Si Jesús sufrió por permanecer fiel, nosotros también debemos soportar con gozo la persecución, el odio, los rencores, las envidias recordando las palabras de San Pedro que nos dice “Mas si haciendo lo bueno sufrís y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se hallo engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente…” (1ª Pedro 2:20-24) este es el camino del Señor: camino de fidelidad a su amor en fe.