30/06

¡Haz bien sin mirar a quien! No sabemos cuanto bien o cuanto mal podemos hacer con nuestras acciones o gestos, escojamos siempre el bien y de seguro nuestra alma vivificará.

 

Marcos , nunca se casará, no tendrá hijos, no conducirá un coche, ni vivirá muchas de las cosas que tu y yo damos por sentadas. Pero el es feliz y está sano. Y eso, para su madre, es todo lo que importa. Cuando alguien le responde con una sonrisa, a su madre se le ilumina el día. Cuando una chica le regala una mirada no solo se dibuja en su rostro…se le desborda por el cuerpo entero. Porque no necesita mucho para ser profundamente humano. Solo un poco de bondad. Solo un poco de empatía. Durante una fiesta en una escuela  para niños con capacidades diferentes, un padre subió al escenario y dio un discurso que dejó a todos en silencio. -Mi hijo Marcos- dijo- no aprende como los demás. No entiende como ellos. Y a veces me pregunto…¿Dónde está el orden natural de las cosas en su caso? Hubo silencio. Entonces el padre respiró hondo y añadió: -Cuando nace un niño como Marcos, el mundo recibe una rara oportunidad: la oportunidad de mostrar su verdadera humanidad. Y compartió algo que nunca olvidaría: -Un día caminábamos cerca de un campo donde unos chicos jugaban futbol. Marcos me miró y me dijo: -Pa…¿Crees que me dejen jugar con ellos? El padre sabía que lo mas probable era que no. Pero también sabía que, si lo aceptaban, ese simple gesto le regalaría a su hijo algo invaluable: dignidad. Se acercó a uno de los chicos sin muchas esperanzas…Y el chico, tras mirar a sus amigos respondió: - Estamos perdiendo 3 a 0. Faltan diez minutos…¡¡claro que si!!! Que venga. Lo vamos dejar tirar un penal. Marcos se puso la camiseta con una sonrisa gigante. Se sentó en la banca… y durante el resto del partido, fue el chico mas feliz del mundo. Y entonces, en el último minuto hubo penal. El mismo chico se acercó al padre, le hizo una seña, y dijo: -Es su turno. Marcos caminó hacia el arco. El arquero entendió de inmediato: se tiró suavemente hacia un lado. Y la pelota de Marcos entró. Fue gol! Pero no uno cualquiera. El gol que cambió una vida. Los chicos lo alzaron sobre sus hombros, lo abrazaron y gritaron como si acabara de marcar el gol de la final del mundial. El padre concluyo diciendo: -Ese día un grupo de chicos no eligió ganar un juego. Eligieron hacer historia …y su hijo fue héroe por un día. Marcos murió ese invierno. Pero nunca olvidó su gol y su madre jamás  olvidó la noche en que marcos volvió a su casa llorando de alegría mientras le contaba el momento mas hermoso de su corta vida.

 

El amor, la comprensión, la aceptación que podríamos encerrar en términos de EMPATIA nos hace pensar en lo que dice la palabra de Dios respecto a estas cosas. Gálatas 6:2 dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” Y en San Lucas 6:38 leemos: “Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverá, a medir.” Y un dicho común entre la gente reza así: ¡Haz bien sin mirar a quien! No sabemos cuanto bien o cuanto mal podemos hacer con nuestras acciones o gestos, escojamos siempre el bien y de seguro nuestra alma vivificará.

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