La semilla en buena tierra
23/06
“En tiempos de necesidad, no es momento de autocompadecerse, sino de ser generosos con los demás”
Eunice, es una maestra jubilada que comenzó a trabajar con un grupo de niños en una escuela bíblica de barrio. El pastor de su iglesia le invitó a trabajar en la formación de los niños, a lo que gustosa Eunice aceptó, no sólo porque la docencia era su vocación, sino porque ésta área en especial llenaba su corazón de tal manera que sentía recibir de esos niños mas de lo que les daba. Ella, junto a otras maestras, trabajaba con niños que carecían de muchas cosas, sobre todo a nivel afectivo. Eso los hace particularmente cariñosos pues continuamente están mostrando su imperiosa necesidad de amor. Una tarde, cuando iban a compartir la merienda, se abrió la puerta y entraron los hermanitos de la familia mas pobre, trayendo entre sus manos una preciosa torta decorada. Las maestras se miraron asombradas de que fueran precisamente esos niños, los mas necesitados del grupo, quienes trajeran semejante torta para compartir. Del asombro pasaron a la gratitud a Dios, que les estaba recordando a todos, especialmente a las maestras, lo que tantas veces enseñaron en la escuela bíblica: que no hay nadie tan pobre que no tenga algo de sí para dar. La semilla de fe llevada por esos niños había germinado en su familia.
¿sabías que siempre tienes algo para compartir con los demás? No debemos limitarnos a las cosas materiales, las cuales siempre son bienvenidas y apreciadas. Hay quienes requieren de tu afecto, de tu compañía, de tus oídos para oír, de tus brazos para abrazar y contener… siempre tenemos algo para dar, para sembrar en otros. En el libro de san Lucas 8:4-15 se relata la parábola del sembrador. Es en el verso 8 que caemos en cuenta que hay semillas que caen en buena tierra, nacen, crecen y llevan fruto al ciento por uno. Esas semillas bien podrían ser nuestras buenas acciones, que si no nos cansamos de realizar, a su tiempo segaremos. Aquellos niños no solo recibieron las enseñanzas de sus maestras de escuela bíblica, recibieron su cariño, su contención y apoyo aun en su familia que supo devolver todo el bien recibido. No nos cansemos ,pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:9)