18/06

Todo lo que Cristo nos pide es dar un paso y después confiar. Podemos sentir temor y seguir delante de todas formas.

Cristo nos llama a caminar en fe, simplemente a obedecer, no a analizar las circunstancias. El es el Señor de nuestras circunstancias y las puede transformar cuando somos obedientes. A pesar de las tormentas de la vida, nunca pierdas la fe y la esperanza, porque fiel es el que nos llamó, el cual no dará nuestro pie al resbaladero ni se dormirá pues él nos guarda. No dejes que el ruido de este mundo te impida oír la voz de Dios en medio de la tormenta. Por tanto, tal como esta escrito: “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado” (Hebreos 12:3,4)

Todo lo que Cristo nos pide es dar un paso y después confiar. Podemos sentir temor y seguir delante de todas formas.

En el capítulo 11 de la carta del apóstol San Pablo a los Hebreos, muchos personajes del Antiguo Testamento son ensalzados por tener una fe grande. Creyeron en Dios y obedecieron. ¿Se sentían inseguros? ¡Seguramente! Y tal vez atemorizados, pero Dios los reconoció por su gran fe, por su obediencia a pesar del temor.

Lo que Dios nos pide puede ser difícil. Debido a esto, el sentir miedo es comprensible. Pero la Biblia dice en Hebreos 11:6 “ Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que  es galardonador de los que le buscan.” Asi es que llega un punto en que la fe debe sustituir el temor. Para mi, el remedio es cumplir lo que creo que el Señor me esta mandando a hacer. Tengo que tomar una decisión firme para ponerme a la altura de las circunstancias. Creo  que Jesús me espera al otro lado de esa decisión, con paz para calmar mis emociones.

Ver todas