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Estrés, enojo versus gozodel Señor

18/06


gozarnos cuando todo esta mal, cuando nada de lo que sucede es causa de alegría o festejo, produce desde dentro hacia afuera la liberación que se refleja en un cuerpo sano.

 

Es en la palabra de Dios que encontramos la salud de nuestro cuerpo, tal como leemos en Proverbios 4:20-22 que dice: “ Hijo mío, atiende mis consejos; escucha atentamente lo que digo: No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan; SON LA SALUD DEL CUERPO”. Es entonces, a partir del conocimiento de la palabra de Dios y nuestra disposición del corazón para no permitir que las situaciones de estrés y enojos continuos,  enfermen nuestro cuerpo sino que podamos liberarnos de ellas a través del GOZO.  

El estrés, las emociones fuertes como el enojo, son emociones que pueden desencadenar la liberación de cortisol, una hormona que ayuda al cuerpo a responder al estrés, pero cuando este enojo o estrés se hacen crónicos pueden tener efectos negativos en la salud, si los niveles de cortisol se mantienen altos durante mucho tiempo. Cuando esto sucede, el cortisol  provoca en el organismo diferentes reacciones tales como: inflamación abdominal, problemas en el cerebro con la memoria, problemas cardiovasculares con la presión, alteraciones en la glucosa, etc. Lo que hace la gente normalmente es tratar estos síntomas a través de la medicación, pero nunca atacan las causas que son justamente estas emociones fuertes y/o estres sostenidas por mucho tiempo, o constantes. situaciones de estrés. El enojo, la ira, la amargura, son algunas de las cosas que envenenan el alma; y nuestra alma (envenenada por estas cosas) afecta mucho en nuestra carne enfermándola por ejemplo. ¿Cómo combatimos esto que proviene de nuestras emociones y estrés? En el libro de Filipenses capítulo 4:6 dice así la palabra de Dios  “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestra peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracia” El deseo de Dios es que podamos descansar en él y evitar así esas situaciones de estrés que se generan por el afán. Santiago 1:2 nos dice “…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” Descansar en las promesas de Dios y gozarnos en lugar de lamentarnos o enojarnos  generan en nuestro organismo endorfina, que es justamente todo lo contrario al cortisol. Esto es lo que había aprendido el rey Salomón cuando escribió lo que leemos en el libro de Proverbios 17:22 “El corazón alegre constituye buen remedio, mas el espíritu triste seca los huesos.” Gozarnos cuando todas las cosas en nuestra vida están bien, no tiene ningún mérito, es fácil. Gozarnos cuando todo va mal, cuando nada de lo que nos sucede es causa de alegría o festejo…es excelente, y produce desde nuestro interior la liberación que se refleja en un cuerpo sano.

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