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No seas vencido de lo malo

14/02


“la vida es insignificante si no está inspirada por una férrea voluntad de superar límites y vencer obstáculos.” La historia de la humanidad está plagada de ejemplos de hombres y mujeres que supieron vencer toda clase de obstáculos que se les presentaran o aún superar sus propios límites a lo largo de toda su vida o gran parte de ella. Gente que nació o quedó incapacitada para ciertas cosas pero avanzaron y crecieron mucho mas que una persona con todas sus capacidades intactas.

En el libro de Romanos cap. 12:21 encontramos una palabra de exhortación que si la ponemos por obra se traducirá en poder y un maravilloso milagro para tu vida: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el  mal.”

Aquí “lo malo” se traduce no sólo en todas las artimañas y trampas diabólicas que pudieran levantarse contra uno mismo, sino en todas aquellas cosas permitidas por Dios y que nos frenan o  nos paralizan de alguna manera porque  se transformaron en obstáculos o límites que  nos  impiden  avanzar, crecer y desarrollarnos en plenitud. Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas acontecen para bien, pero ¿cómo  o de qué manera manejamos la situación para ver y disfrutar el bien que deseamos? Todo depende de  nuestra actitud. Albert Einstein dijo: “en medio de una dificultad (lo malo que no nos agrada) descansa una oportunidad” 

Tengo un perrito pekinés que por un incidente perdió sus ojitos, pensé en sacrificarlo porque estaba sufriendo demasiado ya que se le infectaron los huecos oculares y no sanaban (semanas después descubrí que eran restos de gasa que quedaron muy dentro)  No podría estar mas pendiente de él  y pensé que tarde o temprano de todos modos terminaría ahogado en la piscina de nuestra casa donde tantas veces había caído y gracias a Dios, alcanzamos a llegar a tiempo para salvarlo. Mis hijos se opusieron a sacrificarlo prometiendo estar mas pendiente de el. A través del tiempo noté cómo iba adaptándose desarrollando mas sus otros sentidos: olfato y tacto. Muy pronto me di cuenta que se movia de tal manera que mis hijos creían que  podía ver sin sus ojos ya que aunque hubiera nuevos obstáculos o escenario diferente no chocaba como antes, los sorteaba de manera maravillosa sin golpearse; y hasta podía “olfatear “ el momento de la comida sin necesidad del “ruido delatador de las ollas” ¡qué fácil me dejé vencer por lo malo sin dar tiempo a una nueva oportunidad de vencer y avanzar!  Cuántos tomamos la misma actitud ante lo malo escogiendo lo mas cómodo o mas fácil, entregándonos sin presentar batalla ni luchar por cambiar las cosas hasta ver y disfrutar el bien.

La naturaleza misma nos enseña cómo se adaptan a las circunstancias adversas transformándose: el ejemplo de mi perro, que sin escuela ni adiestramiento vive, juega y se desarrolla como cualquier otro; las plantas que enrrollan sus hojas en tiempo de sequia para atesorar mas tiempo el agua para si.  Dios quiere que seamos esforzados y valientes, él no nos facilitará la tarea, pero si nos dará las armas para realizar todos nuestros sueños, proyectos y planes. Dios no quitará los problemas u obstáculos, pues es con ellos que nos ejercitamos y crecemos, maduramos. Dios nos prometió no dejarnos huérfanos, nos prometió el Espíritu Santo quien nos ayudaría trayendo luz, fortaleza, fe para creer que TODO es posible en Cristo Jesús. Dios es el bien

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