Cargando el pasado
25/10
Dos hombres iban caminando por el campo, al acercarse a un rio se encontraron con una mujer que quería cruzar al otro lado, pero no sabía cómo hacerlo, ya que no había ningún puente. El primer hombre se ofreció amablemente: -Si quieres podemos llevarte en brazos hasta el otro lado del río; y ella aceptó su ayuda agradecida. Así que los dos hombres entrelazaron sus manos, la levantaron y la llevaron hasta el otro lado del rio. Después de seguir sus caminos, uno de ellos de pronto se quejó amargamente: -¡Mira mi ropa!, está toda sucia de barro por haber cruzado a esa mujer, la espalda me duele y me siento muy cansado. El otro hombre simplemente sonrió y asintió con su cabeza. Mas adelante, el segundo hombre se quejó nuevamente, ya no puedo seguir adelante, me duele todo, todavía siento el esfuerzo, dijo. El primero hombre miró a su compañero que estaba en el suelo quejándose y le dijo: -¿Te has preguntado por que yo no me estoy quejando? Te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el rio. Así es como somos nosotros. Llevamos las cargas del pasado sobre nuestros hombros. Ponemos una caja llena de odios, frustraciones, resentimientos, envidias, celos y muchísimas cosas mas que, con el pasar de los años, se hace mas pesada, hasta que un día, como el hombre de la historia, nos duele hasta el alma por el tremendo esfuerzo. En el libro de san Mateo 11:28,29 dice así la palabra de Dios “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”
