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“Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?... (Juan 1:45-46)

¿Por qué Natanael dijo: “de Nazaret puede salir algo bueno”? la frase mostraba el desprecio que muchos judíos tenían por Nazaret. Nazaret era una aldea pequeña y aislada, considerada insignificante por muchos en esa época. Estaba en Galilea, al norte de Israel, en lo que antiguamente fue el Reino del Norte. Los galileos eran considerados menos espirituales, con mezcla de culturas extranjeras y un acento diferente. (Mateo 26:73) Además Nazaret era un pueblo insignificante, sin importancia política ni religiosa. Muchos pensaban que el Mesías debía venir de Belén, no de un lugar tan despreciado: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel.” (Miqueas 5:2) Jesús nació en Belen, tal como las escrituras lo mencionan, pero creció en Nazaret, porque allí debieron huir maría y José alertados por el ángel; porque también había sido anunciado: “Para que se cumpliese lo dicho por los profetas, que habría de ser llamado Nazareno.” (mateo 2:23)

Dios eligió lo que el mundo despreciaba para mostrar su gloria: “Lo necio del mundo escogió dios, para avergonzar a los sabios” ( 1ª Corintios 1:27)  Así, lo que muchos miraban con desprecio, Dios lo usó para traer salvación al mundo. Dios desestima nuestros razonamientos y aun nuestros pensamientos, “Porque mas altos que vuestros pensamientos son mis pensamientos, dice el Señor, y mis caminos que vuestros caminos.” El sabe lo que hace, y lo que él habló, lo hará. Tal vez hoy puedas sentirte insignificante, despreciado por muchos, pero seguramente aun no escuchaste lo que Jesús opina de ti. De hecho, después de que Natanael empieza su encuentro con Jesús con esa pregunta burlona, pero su tono cambia pronto después de tener la oportunidad de hablar con Jesús: Natanael entonces proclama: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.” (Juan 1:49)

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