Cornelio
14/10
“Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio…tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Idos. Envía pues, ahora a Jope, y haz venir a Simón,…él te dirá lo que es necesario que hagas.” (Hechos 10:1-6)
Cornelio era un centurión romano, un hombre piadoso, generoso con los pobres que oraba constantemente a Dios. Era muy religioso…pero todavía no había conocido a Jesus. Un día, mientras oraba, un ángel de Dios se le apareció y le dijo que enviara llamar a Pedro, porque él tenía un mensaje de parte de Dios para su vida. Mientras tanto Dios le mostró a Pedro que el evangelio no era solo para los judíos, sino también para los gentiles, como Cornelio y su familia. Cuando Pedro llegó, Cornelio reunió a toda su casa y le dijo: “Todos estamos aquí en la presencia de Dios, listos para escuchar lo que él quiere decirnos”. Pedro entonces les habló de Jesús, cómo murió en la cruz y resucitó para darnos perdón de pecados. Y dijo claramente que todo aquel que cree en Jesús recibe salvación en su nombre. Mientras Pedro hablaba, el Espíritu Santo descendió sobre Cornelio y toda su casa. Ellos comenzaron a alabar a Dios con poder y alegría. Después de recibir el Espíritu Santo, Cornelio y su familia fueron bautizados en el nombre de Jesús, mostrando que habían creído de corazón en él.
Esta historia nos enseña que a lo largo y ancho de este planeta hay mucha gente que al igual que cornelio, Dios los ve y oye y recibe sus oraciones porque son sinceras; pero que sólo les falta conocer a Jesús y su evangelio para que se complete la obra. Dios está en los cielos y todo lo que quiso ha hecho, él todo lo ve, todo lo conoce y se vale de instrumentos como Pedro, a quienes prepara para hacer su obra. Nos enseña también que la religión no salva, las oraciones y limosnas no salvan (y Cornelio abundaba en ellas), los rituales y sacrificios no salvan…¡Sólo Jesucristo salva! La palabra de Dios nos enseña que: “.. en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). Todavía hay muchos “Cornelios” que están listos, preparados para escuchar el mensaje de salvación, las buenas nuevas del Reino de los Cielos; pero tal como la palabra de Dios también nos advierte: “la mies es mucha y los obreros son pocos”; hay pocos “Pedros” dispuestos a ser instrumentos de Dios para su gloria y su honra. Hoy es el día aceptable, el tiempo de salvación, no rehúses escuchar la voz de Dios que te llama.