La sal del mundo
24/09
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿Con qué será salada? No sirve mas para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se esconde una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.” Mateo 5:13-15
¿Qué es lo que Jesús nos quiso decir con esta parábola? En el original, Jesús usa el término HALAS para la palabra SAL. En aquellos tiempos la sal no era solo el condimento. Conservaba, evitaba que la carne, el pescado, se pudriera. Era símbolo de pureza e incorruptibilidad. Ser “sal” de la tierra significa: Conservar la verdad en medio de la corrupción; dar sabor donde todo parece vacío; impedir que la fe se corrompa. Pero Jesús advierte algo a la vez: si la sal pierde sabor…¿Para qué sirve?
Luego él dice: “ustedes son la luz del mundo” En griego la palabra es phós: la luz que ilumina y revela. En este sentido, ser luz es mostrar el camino en medio de la oscuridad; vivir de forma visible sin vergüenza de ser diferente; reflejar a Cristo con cada actitud.
Jesús no nos llama para camuflarnos en el mundo sino para ser contraste. Si nos mezclamos y nos parecemos a todos…¿Cómo podremos transformarlos? Ser sal y ser luz puede costarte algunas cosas, pero te dará lo que el mundo jamás puede ofrecer: sentido, propósito y recompensa eterna. Sé sal, sé luz y que tu vida siempre apunte hacia el.