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Las malas amistades

06/09




En el libro de 1ª de Corintios 15:33 la palabra de Dios dice así: “¡No se dejen engañar! Bien dice el dicho, que las malas amistades echan a perder las buenas costumbres.” (V. TLA)

Dios no puede elevarte si sigues abrazado a lo que te hunde. Las malas amistades no sólo te distraen, sino que te detienen. Hay personas que no están asignadas a tu destino, sino a tu destrucción y mientras sigas aferrado a quien Dios ya te pidió soltar, no vas a avanzar, no todo el que está contigo es sincero. Algunos están para desangrarte, desviarte o confundirte. Son como aquellos parásitos con los que los seres vivos convivimos sin obtener de ellos nada mas que pérdidas, no beneficios. No puedes crecer en un ambiente que constantemente envenena tu fe y te frena en tu caminar. Tienes un llamado, un propósito y necesitas rodearte de personas que te ayuden a elevarte. Tu próximo nivel no depende de lo que te falta, sino a quien necesitas soltar. La palabra de Dios también nos advierte de la amistad con el mundo y sus consecuencias. Dice Santiago 4:4 “…¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” El mundo está bajo el poder del enemigo, no puede por tanto haber comunión de las tinieblas con la luz. Vivir en amistad con el mundo, nos pone en oposición directa a Él. No podemos servir o complacer a ambos, ya que los deseos del mundo y los del Espíritu de Dios se excluyen mutuamente; para ser amigos de Dios debemos rendir nuestro propio camino y someternos a su voluntad.

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