Contacto

El golpe supremo

14/08


 

La historia de Job está llena de lecciones útiles para todo creyente que sufre. En particular nos enseña que la prueba también puede alcanzar a un creyente fiel, cuya vida de fe Dios conoce y aprecia: ¿no has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.  (Job 1:8) . la prueba no es sinónimo de castigo. Satanás es un adversario malvado que aprovecha nuestros momento de debilidad o desánimo para atacarnos y despertar en nosotros dudas o rebeldías contra Dios. Nos susurra al oído que Dios está en contra de nosotros, que no nos ama y que nos trata injustamente. El objetivo de satanás siempre es hacernos perder nuestra confianza y sumisión a Dios. A veces utiliza personas  que están a nuestro alrededor que no siempre nos entienden.

Dios nunca está en contra de sus hijos, sino a nuestro favor. El quiere nuestro bien siempre y quiere darnos lo que anhelamos o deseamos, y mas abundantemente aun. Dios no azota a sus hijos arbitrariamente. Mide todo con cuidado y fija límites a satanás, los cuales él nunca puede traspasar. Dios tiene el control de todo y nos ama. No se complace en vernos sufrir, y solo permite la prueba si es necesario (1° Pe 1:6) Dios es misericordioso y compasivo. Tan pronto como la prueba ha cumplido su propósito, le pone fin. ¡que podamos conocerlo mejor! Este es el propósito para con todos sus hijos, la prueba no durará mas de lo necesario. No nos dará mayor carga de la que podamos soportar. Fiel es Dios que no permitirá que en el proceso nos echemos a perder. Así como el platero está sentado frente a la fragua, así esta Dios frente a nosotros, sentado, atento. Al final, podremos decir como David en su salmo 17:3 “Tu has probado mi corazón…y nada inicuo hallaste; he resuelto que mi boca no haga transgresión.” Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo (Santiago 5:11) Antes si aflige, también se compadece, según la multitud de sus misericordias. (Lamentaciones 3:32)

 

Ver todas