27/07

Proverbios 17:1 dice: “Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones.” Este versículo nos recuerda lo valioso que es la paz, lo valioso que es vivir en armonía. No importa si en nuestra mesa hay pan duro o un festín, lo que realmente cuenta es esa tranquilidad y armonía que existe en el hogar. A veces nos enfocamos tanto en el dinero, en las cosas materiales, en tener más, en alcanzar lujos y olvidamos eso esencial: La paz en nuestros corazones y en nuestras vidas. Vivir en un hogar repleto de conflictos, donde las peleas son constantes, te roba la paz más rápido que cualquier problema externo. No hay riqueza ni banquete que compense el daño causado por un ambiente lleno de tensión y de discordias. El pan duro puede ser difícil de masticar, pero si lo comes en un lugar donde hay amor, donde hay respeto y comprensión, se convierte en un verdadero festín. En cambio, un banquete servido en un entorno de gritos y reproches pierde todo su sabor. Piensa en cuántas veces has sacrificado tu tranquilidad por cosas materiales o por complacer a otros, y pregúntate si valió la pena. Este proverbio nos invita a reflexionar sobre lo que verdaderamente es importante en nuestra vida. Recuerda siempre que peregrinos y extranjeros somos en esta tierra, que desnudos vinimos y desnudos partiremos, porque nada material hemos de llevarnos con nosotros. En cambio si permanecerán por la eternidad nuestras buenas obras de bien, los tesoros que hayamos hecho en los cielos cuando amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y a Dios por sobre todas las cosas.

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