La educación de antes
07/07
Así nos educaban antes y funcionaba. ¿Te acuerdas cuando un NO de papá era ley? No discutíamos, obedecíamos. Antes no se pedía respeto, se imponía. Hoy muchos padres tienen miedo de corregir y el resultado fue una generación que se ofende por todo. Nuestros castigos no eran traumas, eran lecciones. Si mamá cocinaba lentejas, se comía lentejas; nadie pedía comida aparte, no había una segunda opción, había educación. Íbamos con papá al trabajo no por castigo, sino para aprender lo que era ganarse la vida . nos enseñaban el valor del esfuerzo, no el de la recompensa. Los juguetes eran las bolillas, el trompo, las figuritas, el futbol en la calle. No había wifi, pero sobraba diversión. Y si sacábamos buenas notas, era nuestro deber, no esperábamos premios por hacer lo correcto. Dormir todos juntos en una cama no era incómodo, era felicidad pura, La visita a los abuelos era el mejor plan del mundo. Hoy muchos tienen de todo pero no saben valorar nada. Antes teníamos poco, pero valorábamos todo. Apreciábamos todo. Quizás no haya sido una crianza perfecta, pero nos hizo fuertes, agradecidos y respetuosos, y eso hoy vale oro. Traspasamos los linderos que nuestros propios padres establecieron como límites ante el respeto, la educación, el valor de las cosas, los buenos modales, etc. Y cada vez solo vamos logrando formar una generación de cristal, que se rompe de nada, que se duele por todo, nada esforzada, flojos, demandantes pero carentes de responsabilidad. Dios nos manda en su Palabra, instruir a nuestros hijos en el camino de Dios, para que en la vida nos vaya bien. Es de hecho en la honra a nuestros padres que encontramos la recompensa a la obediencia de tal mandato. Ahí es cuando Dios nos promete que nos ira bien y que seremos de larga vida sobre la tierra. Michael Hopf dijo una vez: Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean los buenos tiempos. Los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles. Y vuelve de nuevo a comenzar el ciclo vicioso en el que nos encontramos. Solo en el temor a Dios y la obediencia a su palabra encontraremos la sabiduría necesaria para vivir, no adaptándonos a los tiempos, sino transformándolos por medio de la obediencia al consejo de Dios quien quiere darnos vida y vida en abundancia. Dios siempre mandó a sus hijos a ser esforzados y valientes. Josué 1:9 nos dice así: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el señor tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas.