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¿De qué debo ser salvo?

30/06


Isaías 1:16-18 nos exhorta por otra parte: “Lavaos y limpiaos…dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien…venid luego, dice el Señor, y estemos a cuenta: Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”

Un joven que hablaba con un cristiano sobre el evangelio preguntó: “Si Jesús vino a la tierra y murió en la cruz, ¿Fue para salvarnos de qué exactamente?” La pregunta es buena y nos lleva a la afirmación de Jesús en San Marcos 2:17:”Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” ¿Qué enfermedad tengo? ¿Qué pecado cometí? En la Biblia Dios responde a mis preguntas. Declara formalmente que “No hay justo”, “Que todos pecaron” (Romanos 3:10-23). Pecar es hacer, decir e incluso pensar algo contrario al carácter perfecto y santo de Dios. Es sencillamente “errar al blanco”. Solo el hecho de ser indiferente con él ya es un pecado, pues él  ordenó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón…” (Deut. 6:5). Esto fue recordado por Jesús en los evangelios por ej en Lucas 10:27. El castigo reservado por el Dios soberano para los pecadores es pasar la eternidad lejos de él, con el alma atormentada. Es esto de lo que el hombre necesita ser salvo. Por esta razón, Jesus, el Hijo de Dios, vino a la tierra, para solucionar este problema y ofrecer salvación a todos. A veces, cuando nos sentimos mal y tenemos miedo al diagnóstico, es difícil ir al médico. ¡Con Jesús no debemos temer nada! Aunque es verdad que todos pecamos, el remedio es seguro, absoluto y definitivo: Cree  en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa. (Hechos 16:31)

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